ORGANISMOS GENÉTICAMENTE MODIFICADO
Son organismos vivos cuyas características han sido cambiadas, usando técnicas modernas en
laboratorios especializados, para introducir genes que proceden de otras especies.
Estas técnicas permiten separar, modificar y transferir partes del ADN de un ser vivo (bacteria,
virus, vegetal, animal o humano) para introducirlo en el de otro.
Los organismos genéticamente modificados en el ambiente
Se ha detectado una serie de riesgos potenciales al ambiente asociados con la liberación al campo de los organismos genéticamente modificados (OGM) y con la transferencia de los transgenes. Estos riesgos se pueden explorar a nivel genómico, de individuos y poblaciones y de ecosistemas. Además, se deben considerar efectos a corto, mediano y largo plazo.
La introducción de las construcciones transgénicas puede ocurrir de dos maneras: por transferencia vertical hacia variedades criollas o a parientes silvestres cercanos, y por transferencia
horizontal a otros organismos como virus y bacterias. Los riesgos asociados
con estos procesos, así como las probabilidades de que ocurran, varían en función
de distintos factores. Una preocupación relacionada con la introducción de los
transgenes a variedades criollas es la erosión que potencialmente puede
sufrir la biodiversidad del germoplasma del cultivo. Esto ya ha ocurrido con la
introducción de variedades mejoradas por métodos convencionales.
La introducción de los transgenes en las variedades criollas sólo disminuiría
la diversidad genética del cultivo si la presión de selección a favor de las plantas
transgénicas fuera muy intensa. Una vez que la hibridización ha ocurrido,
el impacto en el ambiente va a depender del transgén en cuestión y de su
expresión en un nuevo contexto genético.
Otros de los riesgos que se han asociado con los organismos genéticamente
modificados es que puedan causarle daño a insectos benéficos o a especies que
no se intenta controlar, y con esto disminuir la biodiversidad y alterar en
diferente medida las comunidades bióticas y los ciclos biológicos.
Por lo anterior, el uso de los organismos transgénicos debe hacerse con una
seria evaluación de los riesgos que puedan representar para el medio
ambiente, la biodiversidad y la salud humana. Esta evaluación de riesgo debe
basarse en la mejor información científica posible y en los principios de caso
por caso; es decir considerar el trinomio organismo receptor de la
modificación, la modificación genética y el ambiente en donde se pretende
llevar a cabo la liberación del transgénico; además en el principio precautorio.
La introducción de las construcciones transgénicas puede ocurrir de dos maneras: por transferencia vertical hacia variedades criollas o a parientes silvestres cercanos, y por transferencia
horizontal a otros organismos como virus y bacterias. Los riesgos asociados
con estos procesos, así como las probabilidades de que ocurran, varían en función
de distintos factores. Una preocupación relacionada con la introducción de los
transgenes a variedades criollas es la erosión que potencialmente puede
sufrir la biodiversidad del germoplasma del cultivo. Esto ya ha ocurrido con la
introducción de variedades mejoradas por métodos convencionales.
La introducción de los transgenes en las variedades criollas sólo disminuiría
la diversidad genética del cultivo si la presión de selección a favor de las plantas
transgénicas fuera muy intensa. Una vez que la hibridización ha ocurrido,
el impacto en el ambiente va a depender del transgén en cuestión y de su
expresión en un nuevo contexto genético.
Otros de los riesgos que se han asociado con los organismos genéticamente
modificados es que puedan causarle daño a insectos benéficos o a especies que
no se intenta controlar, y con esto disminuir la biodiversidad y alterar en
diferente medida las comunidades bióticas y los ciclos biológicos.
Por lo anterior, el uso de los organismos transgénicos debe hacerse con una
seria evaluación de los riesgos que puedan representar para el medio
ambiente, la biodiversidad y la salud humana. Esta evaluación de riesgo debe
basarse en la mejor información científica posible y en los principios de caso
por caso; es decir considerar el trinomio organismo receptor de la
modificación, la modificación genética y el ambiente en donde se pretende
llevar a cabo la liberación del transgénico; además en el principio precautorio.
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